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¿De dónde viene el desamor?

Muchas personas sufren porque alguien a quien pretenden o pretendieron amar, no supo, no quiso o no estuvo dispuesto a amarle en reciprocidad. Sin embargo, es curioso cómo sucede esta situación en la que insistimos en querer tener el amor de alguien a quien no le interesa suficientemente nuestra oferta de amor.

¿Por qué insistir en que una persona con la que sueñas, convives, o has vivido alguna parte de tu vida, sea ella y no otra quien valore tu cariño? ¿Qué necesidad tienes de lograr que se fije en ti por primera vez, o que luego de muchos años de estar juntos decida reconocer lo valioso que eres? Con frecuencia, alguno de los dos, se empeña en rescatar una relación que pareciera ya no dar para más.

La realidad del desamor se encuentra en el interior de cada uno. Cada vez que no eres capaz de reconocer tus propias virtudes, cada vez que pretendes convencer a otra persona de lo mucho que vales, cuando al insistirle, le muestras que ella es más valiosa, que tú mismo(a). El amor para que se dé requiere, en primer lugar, conocer y aceptar lo que cada uno es y vale. Pero más importante aún, reconocer uno mismo, lo que merece y lo que no merece.

Si no somos capaces de darnos ese valor que requerimos, difícilmente la otra persona querrá apreciarnos como mereceremos. Piensa bien en lo siguiente:

Pongamos un ejemplo. Si encuentras un objeto valioso en una tienda de antigüedades, un objeto difícil de encontrar, y te piden mucho dinero por él. ¿Te parecería mal que te lo ofrecieran por esa cantidad? ¿Qué tanto anhelarías tenerlo? ¿Qué tanto desearías comprarlo como para pagar lo que vale?

¿Quién te hizo creer que no mereces ser amado(a) suficientemente? Con el trato desde niños, nos enseñan a sabernos merecedores o no del afecto de otras personas. Si hoy no logras comprender porque no debes insistirle a alguien que no está dispuesto a quererte a su lado, quiere decir que aun te falta mucho amor por ti mismo(a). No te sientas mal por eso. Siéntete mal si sigues suplicando por el cariño de alguien que no merece estar contigo.

¿Qué deberías hacer para salir de este apego despiadado que tienes por una persona que no desea reconocer tu valor? Comienza a cuestionarte ¿por qué insistes en amarlo más que a ti mismo(a)?

Hay un momento, por ejemplo, en la terapia de pareja cuando se pide a ambos que valoren su relación, pero también hay un momento en que se sugiere que cada uno defina que merece de parte del otro y que no merece. Si alguno de los dos, no valora lo que el otro es, no hay mucho por hacer. La verdad, si no se está seguro de querer esforzarse por el bien de ambos, es que no se quiere amar. Hay un momento para apostar por una relación, pero también hay un momento para dejarla ir.

¿Qué hacer cuando la persona que quisiéramos a nuestro lado, decide irse? Aprender a mantener nuestra dignidad, y revalorar nuestra vida. Para que algún día, al mirar hacia atrás, digamos algo como esto: “Gracias por irte de mi vida, te agradezco porque aprendí que el amor debe empezar por mí mismo(a)”.

Cuando entiendas esto, quizás entonces y solo entonces, pudiera llegar a tu vida, alguien que de verdad pueda y quiera amarte, justo como tú eres, con todo lo valioso que eres.

Pero aprender a amarte no es algo tan sencillo. Créeme. No basta con repetir infinidad de veces frases hermosas como un lorito. “Me amo”, “soy valioso”, “Merezco lo mejor”. Etc. Si no revisamos nuestra vida familiar y todas aquellas creencias que nos han legado sin querer nuestras primeras figuras en la infancia… No sabremos realmente en dónde poner el foco de atención para iniciar ese camino de reconstrucción.

El autoconocimiento es el punto de partida. Sin olvidar, que todos tenemos una chispa divina que nos conecta con el Creador.

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